martes, 16 de julio de 2013

Hotel Hacienda La Valdiviana, un escape al mundo rural de Chiapas

Situada en el corazón del extenso valle de Cintalapa, la Hacienda La Valdiviana ofrece una oportunidad única para disfrutar de un espacio privilegiado en la de las regiones naturales del Estado Chiapas. 

Chiapas es una entidad federativa de México que tiene una gran tradición histórica relacionada con la Colonia, la cual se desarrolló en torno al territorio de las estancias, haciendas y ranchos, cuya producción fueron base de la economía durante los siglos XVI y XVII. La Hacienda La Valdiviana es un ejemplo de ella.

Los antecedentes de la Hacienda La Valdiviana se remontan a las postrimerías del siglo XVI. En sus inicios se llamó San Antonio de Padua, en donde se producían granos y ganados a escala. A través del tiempo, la estancia diversificó su actividad con la producción de tintas y fibras.

Como llegar

El Hotel Hacienda La Valdiviana se ubica exactamente en las coordenadas 16º 32´08´´ Norte y 93º 51’16’’ Oeste.

Está asentada en el territorio del Municipio de Cintalapa, Chiapas, México.

Para llegar se debe tomar la carretera federal “190” mejor conocida como carretera Panamericana, en el tramo Tuxtla Gutiérrez-Cintalapa-Tapanatepec.

Los negros y el mestizaje en Chiapas

Por Sofia Mireles Gavito*

*Cronista de Tonalá, Chiapas

En Chiapas, después de la conquista, los negros entraron con las tropas de los conquistadores; se afirma que en las huestes que penetraron en la cuaresma de 1524 a combatir a los indios chiapanecas, por lo menos un negro artillero marchaba con ellos. Este soldado ,”… cortado de miedo y temblando, ni supo tirar ni poner fuego al tiro, y ya que a poder voces que le dábamos, pegó fuego, hirió a tres de nuestros soldados…”(Bernal Díaz del Castillo,421).

Una vez que los españoles comenzaron a repartir encomiendas, llegaron los frailes con sus esclavos negros. Estos llegaron a Chiapas por Campeche, Tabasco y Guatemala. Así, fray Juan Ortega, al ser nombrado obispo de la provincia de Chiapa en 1539, se le asignaron tributos, diezmos y 3 esclavos negros, sin embargo, el obispo nunca llegó al obispado. Fray Bartolomé de las Casas trajo consigo 4 esclavos, autorizados por el rey en cédula del 13 de febrero de 1544. (González Esponda, Juan, 38). Asimismo, al obispo fray Tomás Casillas en 1568 se le otorgaron licencias para tener esclavos a su servicio. Posteriormente, el obispo Andrés de Ubilla introdujo 3 esclavos.

Luego de la conquista, y la sobreexplotación y muerte por epidemias de los indígenas, hecho que ocasionó que el obispo fray Bartolomé de las Casas solicitará apoyo de la Corona trayendo esclavos negros para el trabajo pesado de las haciendas de caña de azúcar en los conventos domínicos de la región de Chiapa de Corzo, el valle de los Cuxtepeques y la Frailesca. Estas zonas se fueron poblando de negros; el valle de Jiquipilas, así como el de Cintalapa, cambiaron su fisonomía con la población negra y mulata. Haciendas como "La Valdiviana", Santa Catarina, San Lucas y la llamada San José de los Negros, tuvieron como población mayoritaria a los africanos, con lo que surgiría la duda de si realmente representa a la tercera raíz o la segunda raíz.

También hubo presencia negra en el Soconusco: en los pueblos de Tonalá, Pijijiapan, Mapastepec, Escuintla, Tapachula, Tuxtla Chico y Mazatán. Igualmente, se menciona presencia negra en la región de los altos de Chiapas, llegando a tener en el siglo XVIII, 707 negros y mulatos. En las regiones del norte (Pichucalco y Palenque), Fronteriza y Selva, casi no hubo presencia negra.

En el siglo XVIII, en el pueblo de Pijijiapan casi sólo vivían negros y mulatos que se dedicaban a trabajar en 19 fábricas de sal, en el cultivo de cacao y algodón. Así, en el censo de 1776, Pijijiapan tenía 237 mulatos y negros.

En Tonalá, se mencionan los negros desde el censo de 1660, donde habían 45 blancos, 245 negros y 240 indios, haciendo un total de 530 habitantes. Por el año de 1791 había en Tonalá 900 mulatos, según datos del comisario Ignacio Castro, subdelegado en el partido de Tonalá, de la provincia del Soconusco.

Para comprender la herencia africana hace falta buscar al negro en la magia, en el habla popular, en la medicina tradicional, en las formas de cocinar, en las maneras de bailar y hacer música, en los refranes y preferencia por ciertos colores. La marimba que usamos en Chiapas y Guatemala tiene origen africano, según algunos investigadores.

A pesar de las disposiciones de la Corona, como la ley emitida por Felipe II el 2 de Mayo de 1563 en las leyes de Indias: “… que en los pueblos indios no vivan españoles, negros, mestizos y mulatos”, con la finalidad de preservar a los indígenas, exigiendo que éstos no se mezclasen con las demás castas; los negros y los indios sí se combinaron. Así, que en la provincia de Chiapa y el Soconusco hubo un fuerte mestizaje, que todavía lo encontramos y que es importante investigar más.



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